domingo, 16 de septiembre de 2012

Autor-editor en la Era Internet: relaciones ¿peligrosas?


¿Cuáles creen que han sido los cambios fundamentales en la relación entre autor/editor con el advenimiento de Internet? 
¿Creen que el modelo del derecho de autor tradicional está en crisis? ¿Por qué?

Durante mucho tiempo, desde siempre tal vez, las relaciones entre el autor y el editor han sido difíciles. El editor determinaba qué obra reunía los méritos para ser publicada, ya que durante mucho tiempo el editor hacía una apuesta monetaria: invertía dinero de su bolsillo en pos de recuperarlo de lo obtenido por las ventas de ese libro.
Son harto conocidos los errores de evaluación de calidad de una obra. Por citar uno reciente: el primer libro que J.K. Rowling paseó sin éxito por varias editoriales que auguraban un fracaso estrepitoso para ese libro sobre magia y magos.
Este modelo de apostar por determinados autores o textos es mantenido por varias editoriales o por todas, pero sólo en relación a determinados autores. Para otros ofrecen un Plan B: que el autor autofinancie su obra y recupere su inversión en la presentación del libro. En Córdoba esta situación se repite hasta el cansancio.
¿A qué se debe/debía la dependencia de los autores de sus editores? Según lo veo a dos cosas: al soporte papel que fue excluyente (y todavía lo es para algunos libros o lectores) y la distribución.
Internet viene a patear el tablero en los dos aspectos.
Por un lado surgen editoriales que ofrecen publicar un libro en sus dos soportes (papel y digital) con ediciones a pedido. Un ejemplo es Bubok. Ellos se encargan del cobro y la distribución. Conozco autores que al publicar en este sitio han podido llegar a países a los que era impensable llegar. Si bien tengo la impresión de que los precios en papel son algo altos, los precios de los libros digitales son perfectos. Pensando en uno en particular la relación era $ 90 en papel (encuadernado, diseñado y entregado en casa) y $ 10 en formato digital.
Existen además escritores que suben sus libros a una web y ofrecen su libro con descarga gratuita y la posibilidad de hacer una colaboración monetaria para el autor.
Otros lo publican en papel en una edición limitada y luego lo suben para su descarga gratuita (sugiero ver el libro Mandarinas de abril).
Es decir que por un lado hay enormes posibilidades de editar apelando a cuanto editor hay en la red y dar a conocer la obra de diversas maneras.
El otro tema de importancia es el de la distribución. Durante largo tiempo el editor justificó sus beneficios amparado en los costos de la impresión y de la distribución. Para los autores y editores de Córdoba (me atrevo a afirmar que del interior en general) es imposible llegar a Buenos Aires. Las ediciones que aquí se realizan rondan los 200 o 300 ejemplares. Ni siquiera es posible garantizar la distribución dentro de las librerías de la capital (ni pensar en las del interior de la provincia). De allí que Internet ofrece otras posibilidades para llegar: por un lado, como ya dije, los libros digitales, y por el otro la venta y el envío desde la página de la editorial del libro de papel.
En cuanto al concepto de derecho de autor, creo que está en crisis porque se hizo evidente que los únicos derechos que se protegían eran los del editor (habida cuenta que el autor sólo cobra el 10% del precio de tapa, pagadero dos veces al año sobre tiradas de las el autor no tiene números fidedignos). Sobre esto de la cantidad de las tiradas, hace años, Osvaldo Soriano contaba en una contratapa de Página 12 cómo su editor, sin ruborizarse, admitía que ellos decían hacer tiradas de 1.000 ejemplares cuando en realidad las doblaban o triplicaban (y le pagaban al autor sobre lo admitido, por supuesto).
De allí que Editorial Orsai crea un precedente interesante al darle a los autores el 50% del precio de tapa, por adelantado y con el detalle de los e-mail de todos los compradores, utilizando el mismo canal de distribución de las revistas.
Por otro lado hay alguien a quien nunca se consultó en relación a sus gustos y necesidades y es el lector. El autor y el editor no existen sin el lector. Me parece que este protagonista es fundamental a la hora de iniciar cualquier discusión.
Creo que internet se va afianzando en comunidades, en nichos, y esto nos plantea a todos nuevas formas de pensar a quién apuntamos como destinatarios de obra.



1 comentario:

  1. Me gustó mucho tu post. Es una excelente y completa descripción de la situación del mundo editorial.

    Saludos!
    Jorge

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