¿Cuáles creen que han sido los cambios fundamentales en la
relación entre autor/editor con el advenimiento de Internet?
¿Creen que el
modelo del derecho de autor tradicional está en crisis? ¿Por qué?
Durante mucho tiempo, desde siempre tal vez, las relaciones
entre el autor y el editor han sido difíciles. El editor determinaba qué obra
reunía los méritos para ser publicada, ya que durante mucho tiempo el editor
hacía una apuesta monetaria: invertía dinero de su bolsillo en pos de
recuperarlo de lo obtenido por las ventas de ese libro.
Son harto conocidos los errores de evaluación de calidad de
una obra. Por citar uno reciente: el primer libro que J.K. Rowling paseó sin éxito
por varias editoriales que auguraban un fracaso estrepitoso para ese libro
sobre magia y magos.
Este modelo de apostar por determinados autores o textos es
mantenido por varias editoriales o por todas, pero sólo en relación a
determinados autores. Para otros ofrecen un Plan B: que el autor autofinancie
su obra y recupere su inversión en la presentación del libro. En Córdoba esta
situación se repite hasta el cansancio.
¿A qué se debe/debía la dependencia de los autores de sus
editores? Según lo veo a dos cosas: al soporte papel que fue excluyente (y
todavía lo es para algunos libros o lectores) y la distribución.
Internet viene a patear el tablero en los dos aspectos.
Por un lado surgen editoriales que ofrecen publicar un libro
en sus dos soportes (papel y digital) con ediciones a pedido. Un ejemplo es
Bubok. Ellos se encargan del cobro y la distribución. Conozco autores que al
publicar en este sitio han podido llegar a países a los que era impensable
llegar. Si bien tengo la impresión de que los precios en papel son algo altos,
los precios de los libros digitales son perfectos. Pensando en uno en
particular la relación era $ 90 en papel (encuadernado, diseñado y entregado en
casa) y $ 10 en formato digital.
Existen además escritores que suben sus libros a una web y
ofrecen su libro con descarga gratuita y la posibilidad de hacer una
colaboración monetaria para el autor.
Otros lo publican en papel en una edición limitada y luego
lo suben para su descarga gratuita (sugiero ver el libro Mandarinas de abril).
Es decir que por un lado hay enormes posibilidades de editar
apelando a cuanto editor hay en la red y dar a conocer la obra de diversas
maneras.
El otro tema de importancia es el de la distribución.
Durante largo tiempo el editor justificó sus beneficios amparado en los costos
de la impresión y de la distribución. Para los autores y editores de Córdoba
(me atrevo a afirmar que del interior en general) es imposible llegar a Buenos
Aires. Las ediciones que aquí se realizan rondan los 200 o 300 ejemplares. Ni siquiera
es posible garantizar la distribución dentro de las librerías de la capital (ni
pensar en las del interior de la provincia). De allí que Internet ofrece otras
posibilidades para llegar: por un lado, como ya dije, los libros digitales, y
por el otro la venta y el envío desde la página de la editorial del libro de
papel.
En cuanto al concepto de derecho de autor, creo que está en
crisis porque se hizo evidente que los únicos derechos que se protegían eran
los del editor (habida cuenta que el autor sólo cobra el 10% del precio de
tapa, pagadero dos veces al año sobre tiradas de las el autor no tiene números
fidedignos). Sobre esto de la cantidad de las tiradas, hace años, Osvaldo
Soriano contaba en una contratapa de Página 12 cómo su editor, sin ruborizarse,
admitía que ellos decían hacer tiradas de 1.000 ejemplares cuando en realidad
las doblaban o triplicaban (y le pagaban al autor sobre lo admitido, por
supuesto).
De allí que Editorial Orsai crea un precedente interesante
al darle a los autores el 50% del precio de tapa, por adelantado y con el
detalle de los e-mail de todos los compradores, utilizando el mismo canal de
distribución de las revistas.
Por otro lado hay alguien a quien nunca se consultó en
relación a sus gustos y necesidades y es el lector. El autor y el editor no
existen sin el lector. Me parece que este protagonista es fundamental a la hora
de iniciar cualquier discusión.
Creo que internet se va afianzando en comunidades, en
nichos, y esto nos plantea a todos nuevas formas de pensar a quién apuntamos
como destinatarios de obra.
Me gustó mucho tu post. Es una excelente y completa descripción de la situación del mundo editorial.
ResponderEliminarSaludos!
Jorge